Una salsa sencilla y muy resultona para acompañar verduras, carne o pescado. Experimenté con unos amigos que venían a cenar a casa y fue un éxito.

Ingredientes
  • 1+½ cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 diente de ajo
  • 2 trocitos de tomate seco
  • 1 vaso de leche de almendras o agua para rehidratar el tomate
  • tomillo (u otra aromática al gusto)
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 1 pizca de sal marina sin refinar
  • pimienta blanca
  • aceite de oliva virgen extra (para freír)
  • aceite de oliva virgen extra prensado en frío

Elaboración de salsa de cebolla con cúrcuma

Elaboración
  1. Hidratar el tomate seco en 1 vaso de agua. En realidad a mi me había sobrado un poco de «leche» de almendras el día anterior y los rehidraté en ella durante toda la noche.  Por lo que he leído, con 10-15 minutos es suficiente si el agua es templada. Si se rehidratan en agua fría, mejor 1 hora.
  2. Cortamos la cebolla y la zanahoria y los freímos en la sartén. Como la zanahoria es más dura, la he cortado en rodajas más finas para que se cocine todo a la vez.
  3. Cuando la cebolla comienza a estar traslúcida salpimentamos, añadimos el tomillo y el ajo picado y después de revolver bien, los tomates con el agua en el que se han rehidratado. Cuando empieza a hervir bajamos el fuego al mínimo y lo dejamos para que evapore la mayor parte del líquido.
  4. Echamos en un recipiente, añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra (mejor prensado en frío) y trituramos con la batidora. En este punto probé la salsa y aunque estaba buena, me pareció que le faltaba un toque. Abrí el cajón de las especias y me decanté por la cúrcuma.

Salsa de cebolla con cúrcuma