Supongo que por ser un tubérculo y porque no formaba parte de mi dieta antes de comenzar la dieta sin almidón, ni me había planteado la posibilidad de comer nabo. Pero compré uno para hacerle la prueba del yodo y como resultó negativo, lo estoy comiendo crudo en ensaladas, lo he puesto a fermentar para hacer «chucrut» y he empezado a añadirlo en los purés. La verdad es que fue pura experimentación aprovechando lo que encontré por el frigo…
Ingredientes
- 3 nabos
- 1 calabacín muy pequeño (tamaño pepino)
- ½ cebolla
- 1 alcachofa grande
Preparación
- Lavamos bien las verduras, las cortamos en pedazos y las ponemos en una cazuela con un poquito de agua. Yo suelo echar un vaso de agua más o menos. Tapamos (para no perder ni el agua añadida, ni la que suelten las propias verduras) y dejamos hervir.
- Cuando las verduras están cocidas, retiramos del fuego y batimos. Si está demasiado espeso podemos añadir un poco de agua hasta dejar a nuestro gusto.
Dependiendo de la potencia de vuestra batidora, quedarán más o menos hebras. Yo no pelé demasiado bien la alcachofa y mi batidora de mano que es bastante floja (tiene más de 30 años pero me niego a deshacerme de esta herencia) , dejó una textura demasiado tosca, así que lo pasé por el colador haciendo presión con la cuchara de servir. - Una vez en el plato, añadí un chorrito de aceite de lino prensado en frío, brotes de berro y gomasio para sazonar (aunque este último no aparece en la foto).
Deja tu comentario